5.2.1 Riesgos sismicos
Medir los riesgos
Magnitud
La magnitud es un indicador de la energía que ha liberado un terremoto y nos indica el grado de movimiento que ha tenido lugar durante el mismo.
La magnitud se mide con la escala de Richter, denominada así en honor del sismólogo estadounidense Charles Richter (1900-1985). En ella se asigna un valor de 1 al 10 en función de la energía liberada en el temblor.
Intensidad
La intensidad de un terremoto refleja los efectos o la gravedad de los daños producidos por un terremoto. Las ondas sísmicas superficiales son las responsables de los cambios en la litosfera y de los daños que causan los terremotos en las zonas pobladas.
Estos daños son diversos:
Daños psicológicos (estado de shock, pánico, estrés) Vibración del suelo
Daños causados en los edificios
Daños en vías de comunicación
Inestabilidad de laderas
Roturas de presas
Roturas de conducciones de agua o gas
Incendios
Licuefacción
La intensidad se mide por la escala de Mercalli o la EMS-98 elaboradas en función de los daños originados. La escala de Mercalli tiene 12 grados, se suelen utilizar números romanos. El grado I es imperceptible y el grado XII corresponde a una destrucción total.
Factores de riesgo
Los daños dependen de factores como la naturaleza del sustrato, tipo de construcción y de la densidad de población.
La Intensidad sísmica de una zona depende de distintos factores:
1- Distancia del sitio al epicentro, mientras más lejos se encuentre del epicentro menor será la intensidad, menor serán los efectos.
2- Del tipo de suelo en que se encuentran las edificaciones; los suelos blandos pueden amplificar las ondas sísmicas causando más daño.
3- De la topografía del lugar. Por ejemplo, si una construcción se encuentra al borde de una ladera, tendrá mayor probabilidad de daño que una que se encuentre en un terreno completamente plano.
4- Calidad y resistencia de las estructuras, una edificación que es sismorresistente presentará menos daño que una que no lo es.
5- Grado de preparación de la gente y las autoridades relacionadas con protección civil, en el sentido de saber tomar precauciones para evitar accidentes.
El riesgo sísmico de una zona está relacionado también con estos mismos factores, además de uno evidente: situación tectónica de la zona, que la hará más o menos favorable para la formación de sismos.
Medidas de prevención
Los terremotos no se pueden prevenir, pero sí sus efectos mediante una serie de medidas protectoras, entre las que destacan:
- Medidas de ordenación del territorio para evitar grandes densidades de población en las zonas de alto riesgo.
- Medidas de protección civil para informar, alertar y evacuar a la población.
- Elaboración de mapas de riesgo sísmico.
- Construcción de edificios sismorresistentes: Los daños de un terremoto se deben principalmente al derrumbamiento de las construcciones. Así se debe evitar la rigidez de los cimientos para que absorban las vibraciones producidas por el terremoto.
En los suelos rocosos se recomienda:
* Edificios lo más simétricos posible, rígidos mediante contrafuertes de acero en diagonal. Sin balcones y con una marquesina que recoja los cristales caídos.
* Flexibles: Mediante la instalación de cimientos aislantes como el caucho que absorben las vibraciones del suelo y permiten las oscilaciones del edificio.
* Mantener la distancia de separación, dejando espacios amplios entre los edificios.
En los suelos blandos se recomienda: Edificios bajos y que no sean muy extensos superficialmente, ya que las vibraciones pueden ser distintas en los diferentes puntos y provocar su derrumbamiento.