Tipos

• Según el punto de vista, la intención  o la actitud del emisor.

- Objetiva. Reproduce la realidad con claridad y exactitud. Se utiliza, aunque no exclusivamente, en las descripciones técnicas y científicas, y en las definiciones de los diccionarios y enciclopedias. Predomina el adjetivo especificativo y el léxico denotativo. En las descripciones objetivas no se aprecian emociones o sentimientos.

- Subjetiva. Da a conocer la opinión, los sentimientos o sensaciones del autor del texto ante la realidad que describe. Es característica de los textos literarios y tienen una finalidad estética. Se utilizan recursos retóricos, como la comparación y la metáfora, que transmiten o evocan las sensaciones que producen los elementos descritos. Domina el adjetivo explicativo (epíteto) y el léxico connotativo. En la descripción subjetiva sí se aprecian los sentimientos, emociones y opiniones de quien describe.

• Según lo que se describe, el tema.

- De objetos y animales. Para describirlos hay que seleccionar sus rasgos más característicos (tamaño, color, textura, olor; comportamiento y expresión en los animales) y exponerlos de forma clara y ordenada.

- De ambientes y paisajes. En la descripción de ambientes tiene mucha importancia el orden lógico, la veracidad de los datos y el uso de frases breves. La descripción de lugares recibe el nombre de topografía.

 - De personas: prosopografía (descripción de los rasgos físicos), etopeya (descripción de los rasgos psíquicos), retrato (descripción de los rasgos físicos y psíquicos), caricatura (descripción de manera exagerada los rasgos de la persona), autorretrato (retrato que una persona hace sobre ella misma.)

• Atendiendo a su finalidad.

- Descripciones técnicas. Tienen finalidad práctica: presentan de manera objetiva al lector un objeto clasificando ordenadamente sus rasgos con la finalidad de que lo conozca y lo diferencie de otros. Se encuentran, fundamentalmente, en textos de divulgación o explicación científica, estudios, libros de texto, guías de la naturaleza, manuales de uso de aparatos, etc. Las palabras que se usen para denominar las cualidades y características de un objeto habrán de ser precisas y rigurosas.

- Descripciones publicitarias. Tienen finalidad práctica: pretenden convencer al lector u oyente de las bondades de un producto con la intención de que lo compre, por ello se seleccionan los aspectos positivos del objeto descrito. Son descripciones generalmente subjetivas.

- Descripciones literarias. Tienen finalidad estética: sugerir emoción en el lector. Buscan la expresividad.

Cómo hacer una descripción

La realización de una descripción exige el cumplimiento de distintas fases.

1) OBSERVACIÓN. El primer paso para una buena descripción es la observación detenida de aquello que se va a describir, contemplar el mundo que nos rodea –objetos, animales, personas, paisajes- con detenimiento y curiosidad antes de representarlo. Hay que tener en cuenta:

a) los elementos que componen el objeto descrito.

b) las características o las cualidades perceptibles tanto del objeto en general como de sus partes (tamaño, forma, posición, color, tacto, sonido…).

2) SELECCIÓN. Es preciso elegir los detalles más significativos de la  realidad, aquellos rasgos externos y, a veces, internos que caracterizan con precisión lo que se quiere describir. Es imprescindible reducir la descripción a las cualidades que resulten realmente significativas, aquellas que estén relacionadas con lo que pretendemos conseguir con el texto.  Incluso en las descripciones técnicas, necesariamente objetivas y exhaustivas, no se incluyen todos los rasgos o cualidades del objeto. 

3) ORDENACIÓN. Los rasgos de la descripción deben ordenarse de acuerdo a una estructura que puede ser de diversos tipos:

a) espacial: de lo más lejano a lo cercano, de arriba abajo, de izquierda a derecha…

b) orden sensorial: forma, tamaño, color, tacto, olor…

c) lógico: de lo general a lo particular, de lo esencial a lo secundario…

4) REDACCIÓN. La redacción deberá utilizar los recursos lingüísticos adecuados al propósito de la descripción; el vocabulario apropiado; una sintaxis correcta y un registro lingüístico adecuado. Para lograr una buena descripción es importante: elegir las palabras que aportan una mayor vivacidad a la visión de la realidad externa e introducir en el texto el tono descriptivo que se quiere conseguir (objetivo, subjetivo).

- Abundan los verbos que significan estado, percepción y proceso: “es, estaba, parecía, hay, se encontraba…” Uso del presente, que confiere un carácter atemporal a la descripción y supone un mayor acercamiento al lector, y del pretérito imperfecto de indicativo, que es la forma verbal característica de las descripciones insertadas en los relatos. 

- Los sustantivos clasifican el objeto dentro de un determinado grupo o conjunto de seres. Los adjetivos expresan y definen sus cualidades y rasgos. Deben ser precisos, bien seleccionados y no muy numerosos. En toda descripción abundan los adjetivos calificativos (especificativos o explicativos, según sea una descripción objetiva o subjetiva, respectivamente).

- Predominio de la  yuxtaposición y la coordinación. Facilitan la acumulación de detalles. La forma asindética (yuxtaposición) da una mayor rapidez a la descripción.

- Uso de recursos estilísticos. Comparaciones, metáforas, personificaciones, cosificaciones o animalizaciones (en especial cuando se produce la caricatura o el esperpento).

Estructura

Todo texto presenta una estructura propia. Las descripciones se inician normalmente con una presentación general del tema y continúan con una exposición de los aspectos más destacados, agrupados de forma coherente. Para ello es frecuente la utilización de una serie de expresiones (llamados conectores) que sitúan en el espacio los elementos que se describen ("en primer término", "más al este", etc.). También abundan los conectores que indican el orden de la exposición ("en primer lugar destacamos...", "a continuación aparecen...", "finalmente encontramos...", etc.).

Consejos

- No olvides seguir un orden.
- Evita las adjetivaciones vagas e imprecisas.
- No seas pobre adjetivando, tampoco excesivo. Procura buscar adjetivos precisos y certeros.
- La escasez de adjetivos da un ritmo ligero al texto.
- La abundancia de adjetivos le confiere un ritmo lento.
- Utiliza un vocabulario variado. Por ejemplo, no uses siempre los mismos verbos para indicar posición. Recurre a sinónimos o verbos que indiquen una idea semejante: "está, se encuentra, se sitúa, se ubica, se alza, aparece, se distingue..."
- Lee muchos y buenos textos: la lectura de los grandes maestros te ayudará a desarrollar tus habilidades descriptivas.
- Revisa varias veces lo que hayas escrito y corrige todo lo que no te suene bien.
- Haz siempre uso de un buen diccionario (o recurre a los existentes en la red).